Dulce sensibilidad

Ese momento tan esperado de llegar a casa después de trabajar, tener pocas cosas que hacer, cocinar cena para dos, recoger en un instante la cocina, tener tiempo para echarme en el sofá, charlar con mi pareja, relatarle los detalles del día, incluso poder llenar la bañera con agua caliente y sal y relajarme media hora… Suena bien. A mí me suena más que bien, sobre todo si los últimos 18 años de mi vida no he tenido tiempo para mi ocio ni mi descanso. Cuando nacieron mis hijas, primero una y a los dos años la segunda, mi vida giraba en torno a ellas y este tramo del día del que hablo, al llegar de trabajar por la tarde/noche, me ocupaba de ellas, que si bañeras, que si cenas, papillas, algún biberón, luego mimitos y a dormir. Más tarde, a estas mismas tareas se añadieron los temidos deberes. Hemos pasado muchas horas las tres haciendo dictados, sumas, restas, divisiones y multiplicaciones. También leyendo cada noche algunas líneas para practicar en lectura. Poste

Un ángel He conocido a un ángel. He tenido esa gran suerte. Que fortuna la mía. Un ángel de verdad, de los que tienen alas. De los que bajan del cielo para hacer el bien. De los que vienen a ayudar a las personas. De los que dan amor absoluto. Ella ya se ha ido, está camino del cielo donde ansiosos la esperan. Su labor ha sido un éxito, una labor demasiado breve pero muy intensa. Ha venido a ayudarnos a ser mejores, a desarrollar emociones, también sentimientos y a convivir en valores. Ha sido un gran ejemplo de vida, de lucha y de dignidad. Un alma incorrupta, capaz de mantener con el paso de los años, su pureza e inocencia. Ella es auténtica. Es la luz de la esperanza y en ella está la felicidad que siento. Gracias a ella he cultivado la paciencia, la tolerancia y el amor incondicional. Ahora soy capaz de ver la fuerza en la unidad de la familia y en el compromiso. Lamento mucho su ausencia. Me duele profundamente saber que

Todo a punto Lo tengo todo a punto, tus cosas bien puestas, la poca ropa que guardo tuya está bien doblada en la estantería, tus perfumes, tu desodorante y tu crema de coco. Todo está preparado. También tus complementos, tus pijamas y tus zapatillas blancas de bota bien calentitas. He comprado una nueva colcha para tu cama, más elegante, menos infantil, con muchos cojines. También he comprado una mesita de noche blanca, un escritorio y un estante de pared. Todo blanco, junto a las dos grandes cortinas blancas también que tapan el pequeño balcón al que podrás acceder. Todo está preparado, tienes sábanas limpias en tu cama, bien lisas, perfectas, esperando ser usadas. He colgado un par de cuadros en las paredes y en la estantería aguarda envuelto en papel naranja… tu regalo de cumpleaños. Algo especial para alguien especial como tú. Estoy segura que te traerá muchos, muchos recuerdos de los buenos. Se respira calma en tu habitación. Predomina el color blanco en todo a exce