Océano emocional
Mil sensaciones conviven en mí y jugando en mis entrañas, se mueven cual pez en el agua. Es un Don especial, una capacidad de sentir dentro de mí, tantas emociones y sensaciones mezcladas, como gotas de agua hay en un océano. Yo lo llamo mi Océano emocional. Soy compleja, lo sé. Mi océano emocional impone. Con suerte y esfuerzo, a veces afloran dulcemente, las sensaciones más adorables, las más bonitas. Las de paz absoluta, las que dejan dormir bien. En consecuencia, mi organismo se regula y mi mente se equilibra. Entonces soy como el Buda de la Paz. Otras veces, las que pujan por salir como espontaneas burbujas, son las sensaciones de plenitud y felicidad acompañadas siempre de mucha vitalidad. Mi Yo se siente valiente para emprender, positivo y fuerte. Aquí soy como el León de la Selva, rugiendo de vigor y capaz de resolverlo todo. Y como no puede ser de otra forma, también buscan su momento de gloria las malas sensaciones, las feas, oscuras y tristes. Al igual que un