Organización tóxica
A todos nos afecta lo que hacen los
demás, los de nuestro alrededor. Sobre todo, si su conducta influye o
interviene en nuestros asuntos, sean personales, familiares o laborales.
Me encuentro en una organización
laboralmente hablando, tóxica.
Tóxica porque me enferma, me
decepciona y me irrita…
En esta organización de personas unidas
con un mismo fin, que es el de prestar nuestros servicios y poner a disposición
nuestras habilidades para que tanto la organización como nosotros mismos,
prosperemos, las cosas no van bien para algunos.
Para otros, esta organización es el
propio paraíso en la tierra. Una panacea.
A continuación, detallo solo
algunas de las situaciones conocidas por Dirección y que quedan sin repercusión
ni penalización alguna:
-
puedes escoger el horario que quieras y me refiero al
número de horas de trabajo efectivas diarias.
-
puedes excederte con los gastos comerciales que te
paga la empresa, ya sean de restauración como de pernoctación.
-
aquí algunos, sin causa explícita y sin méritos para
ello, pueden disfrutar de más días de vacaciones que los demás.
-
puedes negarte a realizar algunas tareas ordenadas
desde Dirección.
-
aquí, los compañeros de trabajo se pueden tratar con
condescendencia los unos a los otros, es decir con superioridad unos en
detrimento de otros, sin que intervenga Dirección.
-
puedes mentir o esconder información a Dirección.
-
puedes pedir un préstamo a la empresa para gastos
personales en vez de pedirlo a un banco.
-
puedes no devolver nunca ese préstamo.
-
puedes trabajar en horario laboral para otra empresa y
doblar tus ingresos.
-
algunos pueden entrar y salir a su antojo de la
empresa y realizar mil y un encargos propios en horario laboral.
-
puedes ausentarte del trabajo sin justificación
alguna.
-
puedes emborracharte el fin de semana y quedarte el
lunes a dormirla.
-
puedes jugar con el móvil toda una mañana entera de
trabajo.
-
algunos pueden llevarse material de stock a su casa.
-
puedes no asistir a un comité de Dirección al que
estás convocado.
-
puedes hacer tratos de favor a clientes amigos.
-
puedes ofrecer a tu cliente que pague cuando él
quiera.
-
aquí un trabajador puede acosar a otro.
-
aquí puedes beber alcohol en horario laboral.
-
aquí puedes fumar en las oficinas.
Repito, son situaciones conocidas
por Dirección y permitidas/no penalizadas.
Un paraíso, ¿no? O un infierno.
¿Con qué lado te identificas más?
Habrás adivinado que para algunos
miembros de esta organización esto es un verdadero infierno pues somos personas
normales, que nos rige la rectitud, la rigurosidad y la responsabilidad.
Tener un jefe de plastelina, que
cualquiera puede moldear a su gusto, que recibe golpes y traiciones como si
nada, que se derrite en su butaca, que nunca se pone duro, puede parecer a
simple vista la mejor de las suertes en un trabajo.
¿No?
Particularmente creo que es una de
las peores suertes, pues se permiten desigualdades, conflictos y problemas
entre los trabajadores.
Es como si una madre de trillizos
de 5 años se limpiara las manos sobre su educación, de tutorarlos y dirigirlos.
Que tuvieran ellos que arreglar sus asuntos entre ellos.
Uno sería el organizado y responsable,
el otro sería el que sigue la mayoría de las normas, aunque no todas y el
tercero el que cruza peligrosamente la línea roja continuamente.
Está claro que para el trillizo dos
y tres el hecho de que su madre no los controle, es algo maravilloso y crucial
para llevar a cabo sus malezas, pero ¿qué pasa con el trillizo número uno?
-
Se siente dolido
-
Abandonado
-
Solo
-
Decepcionado
-
Irritado
-
Pero, sobre todo, se siente impotente.
¿Cómo lo ves tú?
Cuando tu eres el primer trillizo, el
que cumple con las obligaciones laborales, con el horario, con las
responsabilidades, que pudiendo ser malo, escoges ser bueno. ¿cómo encajas en
una organización así?
Comentarios
Publicar un comentario