Océano emocional


Mil sensaciones conviven en mí y jugando en mis entrañas, se mueven cual pez en el agua. 
Es un Don especial, una capacidad de sentir dentro de mí, tantas emociones y sensaciones mezcladas, como gotas de agua hay en un océano. Yo lo llamo mi Océano emocional.
Soy compleja, lo sé. Mi océano emocional impone.
Con suerte y esfuerzo, a veces afloran dulcemente, las sensaciones más adorables, las más bonitas. Las de paz absoluta, las que dejan dormir bien. En consecuencia, mi organismo se regula y mi mente se equilibra. Entonces soy como el Buda de la Paz.
Otras veces, las que pujan por salir como espontaneas burbujas, son las sensaciones de plenitud y felicidad acompañadas siempre de mucha vitalidad. Mi Yo se siente valiente para emprender, positivo y fuerte. Aquí soy como el León de la Selva, rugiendo de vigor y capaz de resolverlo todo.
Y como no puede ser de otra forma, también buscan su momento de gloria las malas sensaciones, las feas, oscuras y tristes.
Al igual que una salpicadura en el rabillo del ojo, incordian y molestan.
Mi mente se paraliza y mi organismo enferma. Esquivo las fuertes y malas sensaciones porque las detecto al momento, pero ellas tienen una forma muy sutil de enredarme suavemente con su arma más eficaz, la melancolía.
Cual enredadera se aferra a un tronco, así sin darme cuenta, caigo en sus brazos. Me canta la peor de las melodías, la que me recuerda que tiempos pasados siempre fueron mejores.
La desesperanza tiene el oído muy fino y acude al primer síntoma de tristeza. Viene para cebarse.
Resultat d'imatges de oceano

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