Despreciable


Estallas contra tu hija porque quiere estudiar una carrera universitaria diferente a la que tú quieres, la amenazas de no pagar sus estudios porque esa carrera “es una mierda”.  Le faltas al respeto gravemente. Le dices que será una desgraciada y que no conseguirá más que ser mileurista y que entonces no venga a buscar tu ayuda.

¿Qué te pasa?
¿Qué estás haciendo?
¿Has perdido el norte?

Estamos hablando de nuestra hija mayor, no de cualquier otra persona.
Hablamos de una niña que siempre ha destacado por su responsabilidad, por su bien hacer, por su bondad, por su forma de respetar, por ser una niña amorosa, estudiosa, muy valiosa allí por donde pasa.

¿Has hablado con sus profesores del instituto? ¿O con los que tuvo en el colegio?
Pues te diré que todos la adoran, que hablan siempre muy bien de ella, que siempre estuvo dispuesta a ayudar al prójimo, dispuesta a colaborar en clase, a ser delegada, a responsabilizarse de otros.

¿Sabes que hablo de nuestra hija mayor?

La misma a la que la semana pasada has vuelto a herir con tu comportamiento cerrado y egoísta. La misma a la que has avergonzado delante de alguien importante para ella.

La misma que se ha armado de valor, porque es muy valiente, para enfrentarse a ti.
La misma que decide marcharse de tu lado porque no puede ni quiere vivir contigo.

Eres incapaz de expresar afectividad, no la escuchas, no la atiendes, no la respetas. Y ahora que se va de tu lado, la tratas como a cualquier fulana, le quitas todos los privilegios que le hacen la vida más cómoda y la sueltas al ruedo, que se espabile a torear, aunque no sepa.

Te atreves a decirle que si dentro de unos años os lleváis bien, es decir, si te sigue el hilo y no te lleva la contraria, solo entonces, le proporcionarás la posibilidad de un máster universitario, de viajes en verano, etc.
¿Tan ciego estás?

Tu comportamiento es totalmente despreciable.
Resultat d'imatges de castigo

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